«Antropología de la muerte. El duelo después de tragedias colectivas» es el título de la conferencia que imparte hoy, 24 de octubre, en la ciudad de La Coruña, la antropóloga del C.S.I.C. y del Instituto de Ciencias del Patrimonio Cristina Sánchez-Carretero.
Traemos a este blog la noticia de esta conferencia, que se enmarca dentro de la exposición “La otra cara de la vida. Cultura funeraria, ayer y hoy”, como recuerdo de la que impartió en Oviedo en el mes de febrero esta investigadora afincada en Galicia y también como muestra de la tan necesaria visibilización de la antropología como disciplina útil en el mundo actual.
La Voz de Galicia recoge una entrevista con la conferenciante bajo el titular: “«En el accidente de Angrois se sintió como propia la muerte de desconocidos». La reproducimos a continuación.
Doctora en Antropología por la Universidad de Pennsylvania e investigadora en el Instituto de Ciencias del Patrimonio de Santiago (CSIC), Cristina Sánchez Carretero fue la responsable del denominado Archivo del duelo, un análisis de la respuesta ciudadana ante los atentados del 11-M. Hoy, a las siete y media de la tarde, ofrecerá una conferencia en la Domus de A Coruña, donde hablará sobre las vivencias de la muerte y los mecanismos del duelo en las distintas sociedades.
-¿Existe en Galicia una cultura funeraria distinta?
-Es complicado decirlo. Pero lo que existe, tanto en Galicia como en otras partes, es una transformación en el contacto con la muerte. Antes, la muerte tenía una presencia en la vida diaria, se incorporaba como parte de la vida. Ahora hay un distanciamiento, se deja en manos de profesionales en tanatorios y ahora ya casi no se lleva a los niños a los duelos. El gran tabú del sexo está siendo sustituido por el tabú de la muerte.
-¿Qué ocurre ahora?
-Que consumimos la muerte a través de los otros. Se está en contacto con la muerte a través de la televisión, pero no en los rituales de duelo, que se convierten en algo más íntimo, con la familia y pocos amigos.
-Pero también cambian las formas de duelo social, como comprobó tras los atentados del 11-S. ¿Cómo?
-En atentados o catástrofes se están dando otros patrones de duelo. El duelo se abre a los espacios públicos y, sobre todo, en aquellos donde no hay instituciones oficiales. No es la iglesia o los ayuntamientos quienes dicen que hay que ir a un lugar para reunirse, sino que los altares espontáneos surgen en lugares no sancionados por las instituciones. Lo que cambió con el 11-M es que se fijó el patrón de duelo. Es decir, que ante sucesos traumáticos semejantes sea esperable que ocurra algo similar.
-¿Como en Angrois?
-En Angrois sí hubo ocupación del espacio público, tanto en el propio lugar del accidente como en el Obradoiro, pero no perduró. La toma de los espacios públicos para mostrar el duelo por lo de Angrois fue más efímera que en el 11-S, lo que no significa que el dolor fuera menor.
-Pero sí se dio lo que llaman dolor secundario, ¿puede explicarlo?
-En Angrois sí se sintió el dolor secundario, que es sentir la muerte de alguien desconocido como si fuese propia, como la de un familiar directo. La gente necesitaba respuestas.