«Antropología de la juventud», de Carles Feixas

Una entrada del blog Una antropóloga en la luna nos acerca el libro de hoy para su descarga libre: Antropología de la juventud, de Carles Feixas. Lo podéis descargar aquí. Transcribimos parte de la entrada del blog citado, sin menoscabo de recomendar leer la entrada entera en este blog, y el resto de sus entradas con asiduidad por lo interesante de los materiales que ofrece:

La juventud es una «construcción cultural»: cada sociedad organiza la transición de la infancia a la vida adulta. Aunque este proceso tiene una base biológica, lo importante es la percepción social de estos cambios: no en todos los sitios significa lo mismo que a las muchachas les crezcan los pechos y a los muchachos el bigote. También dependen de los valores asociados a este grupo de edad: no todas las sociedades reconocen la adolescencia.

En el amplio abanico de sociedades y tribus sin Estado, para los muchachos, la pubertad incrementa la fuerza muscular y para las muchachas conlleva la formación de agentes reproductivos. Ambos procesos son esenciales para la supervivencia material y social del grupo.

Para los pigmeos, en el elima, un rito de pubertad, el varón tiene que demostrar valor considerable para abrirse paso hacia el interior de la casa de las muchachas, después de haber sido invitado… además de matar un animal auténtico. Aunque en realidad, la ceremonia da comienzo cuando a una muchacha le aparece la primera sangre menstrual. Entonces inicia un período de reclusión en una choza especial, acompañada de sus coetáneas y de una pariente mayor y respetada que les enseñará las artes, habilidades y canciones de las mujeres adultas. Después de un mes de cánticos y festejos, que incluyen incursiones en broma al campamento para atacar a los chicos, las muchachas se reintegran a la vida del grupo como mujeres adultas.

El ejemplo más emblemático es, sin duda, el de los masai. Los varones pasaban por cinco estadios a lo largo de su vida: Il murran (joven guerrero) se dedicaba a la actividad militar; Il moruak (adulto casado) se centraba en la actividad doméstica; Il piran (mayor) ostentaba el poder de toma de decisiones; JI dasat (anciano) consistía en el poder ritual y simbólico. Lo esencial del sistema masai es que la iniciación no tiene un sentido individual sino social: todo el grupo de edad se inicia al mismo tiempo, lo que conlleva unos vinculas afectivos que perdurarán durante toda la vida.

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