Antropología biosociocultural, por Eugenia Ramírez Goicoechea (parte I)

El Departamento de Antropología Social y Cultural de la UNED organizó del 18 al 20 de julio de este año un curso de verano en Gijón titulado «Antropología del siglo XXI». El curso fue un éxito de asistencia, por lo que esperamos que no sea el último que se celebre en Asturias. Para animar a los que no fueron o para ayudar a recordar a los que sí estuvieron vamos a ir colgando una transcripción de las conferencias ofrecidas. De antemano, nos gustaría realizar la prevención de que se trate de unos apuntes tomados en el fragor de la disertación, sin posterior corrección autorizada por el conferenciante ni dictada con la ayuda de grabadora o video. Por ello, cualquier beneficio intelectual que pudieran aportar estas conferencias a sus lectores (vosotros) son mérito del ponente, y cualquier inexactitud, laguna o incongruencia será responsabilidad del transcriptor (un servidor). Además, para no hacer las entradas del blog excesivamente extensas, iremos colgando las conferencias divididas en dos partes.

Dicho esto, empezamos por la conferencia de la profesora de la UNED Eugenia Ramírez Goicoechea, titulada «Antropología biosociocultural»:

He traído una investigación que llevo realizando desde hace tiempo y que es un intento de contribuir a un enfoque más holístico o integrado de la Antropología social que denominaría Antropología biosociocultural.

En las prácticas científicas, hay una división tajante entre Ciencias de la naturaleza y las Humanidades. Y esto está demostrando ser una vía sin salida. No podemos vivir los actos humanos como actos descohesionados. Se trata de superar visiones espúreas entre Naturaleza y Cultura.

Puede observarse una cantidad enorme de dualismos artificiales que suponen una división radical en la evolución de la Ciencia. Tengo la impresión de que no nos permite avanzar en el conocimiento de cómo somos los seres humanos. Separamos así la Genética, la Física, la Medicina de la Historia, de la Filosofía … Voy a tratar de demostrar que esto no puede mantenerse porque los intersticios entre Naturaleza y Cultura son absolutamente irrelevantes.

Pensemos en la estabulación de animales, la selección genética … ¿Qué es esta Naturaleza? Es una naturaleza antropizada. Cuando uno ve eso, ve una especie de desarrollo económico, social político que no tiene nada que ver con el desarrollo existente entre otros pueblos y en otros continentes.

¿Tomates azules? ¿Dónde está la naturaleza? Para todo ser vivo hay una naturaleza específica. Mi naturaleza no es la de una hormiga. Lo que llamo naturaleza es paisaje. Todo nuestro entorno está dimensionado a nuestra propia medida. Hay que cuestionar, pues, estos dualismos. Tenemos la idea de que la naturaleza son los genes que hacen que seamos lo que somos. Se constituyó un ámbito de teorías evolutivas donde el gen pasó a ser algo finito y modulado por el fenotipo. Una crítica de estos presupuestos parte de un cuestionamiento sobre los genes. Quiero reivindicar que los procesos antropogénicos influyen sobre las biologías locales. A lo mejor los genes no cambian tanto por nuestras actividades si no el epigenoma.

 La teoría estándar dice que hay un gen para cada rasgo, y que es fácilmente detectable. Sin embargo, hay que criticar este tipo de aproximación a la genética. No hay un gen del alzheimer, o de los ojos azules. Son expresiones diferenciadas. La visión genética es determinista. El efecto de los genes es múltiple e indirecto. Hay que enfrentar a esto los procesos de desarrollo: lo que importa es lo que pasa.

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