El escritor Xuan Bello escribió un artículo en El Comercio sobre el antropólogo asturiano Roberto González-Quevedo. Lo trascribimos:
Poeta, narrador, estudioso de las Ciencias Sociales y reconocido filólogo, Roberto González-Quevedo es una de las personas que, en los últimos treinta años, más ha hecho por desentrañar ese misterio de la esfinge que es, a su manera, la cultura asturiana. Preocupado tanto por el pasado de la cultura tradicional como por su posible proyección hacia el futuro, dictó una hermosa conferencia en el seno de Ateneo Jovellanos el pasado miércoles 20 de junio. El acertijo que proponía la esfinge de Tebas, famoso, puede parecer infantil, pero su respuesta es insondable. Nuestro autor sabe que hablar de Asturias, y de las cosas de Asturias, es hablar del mundo. Así presentaba González-Quevedo ‘Cultura Asturiana. Introducción a l’Antropoloxía d’Asturies’, un libro, llamado a perdurar, que concibe la cultura del país «como una variante, un dialecto de la cultura que se encuentra en muchas partes de Europa». Y señala aún: «Pero dentro de la cultura asturiana encontramos, entrelazadas, muchas variantes culturales».
Las casi ochocientas páginas de su última obra científica -como narrador acaba de publicar un emocionante relato, ‘Sangre na braña’, en el sello Ámbitu- intentan resumir el complejo universo de la cultura tradicional asturiana. El mundo es más profundo que extenso; ya don Juan Uría Riu, un antecedente que González-Quevedo apreciará, hablaba de la aparente simplicidad de Asturias, un país que si se planchaba, afirmaba gráficamente, «llegaba hasta el cabo Creus». Es en este laberinto de valles, donde se habla una misma lengua, donde encontramos una elocuente traslación de la cultura europea atlántica. Más allá de la descripción pura y dura, de la compilación ociosa de datos exóticos de la sociedad rural asturiana, Roberto González-Quevedo intenta dar luz sistematizando estos datos y dibujando, en la página escrita, una singularidad.
Yo le pregunto, mientras comemos en el As de Picas, al abrigo de EL COMERCIO y del Ateneo Jovellanos, por nuestras vidas. Hace ya treinta años que lo conozco. Entonces, en la época de nuestras primeras charlas, aún vivía en Madrid y cortejaba en Villaviciosa. Nos veíamos en la estación del ALSA, entre bus y bus. ¿Por qué algunos sentimos esa necesidad de explicar el mundo rural asturiano? Lo que tantos olvidan o directamente desprecian, ¿por qué tiene para nosotros ese atractivo en la seguridad de que algo esencial se quedaría ahí perdido si no le damos una buena salida?
González-Quevedo se lo piensa y arriesga una hipótesis: «Supongo que vivimos, todavía con mucha intensidad, la fuerza de aquel mundo rural; y al mismo tiempo vivimos con semejante intensidad el mundo de los libros, de los estudios universitarios. Si tú no hubieses leído, yo que sé, a Gramci, ¿te habrías parado ante el tesoro de la cultura popular?», dice.
Y ya desde ahí, desde esa convicción, se mete en harina. En su libro González-Quevedo razona dialécticamente con Ramón Valdés, un excelente antropólogo que dio, en la década de los 70, los primeros pasos en el estudio de los materiales antropológicos asturianos para negar, finalmente, la existencia de una cultura asturiana específica. Nuestro autor no está de acuerdo y a la pregunta de si hay una cultura asturiana específica contesta: «Es indudable que sí: la lengua asturiana le pone lindes a la cultura asturiana. Pero no sólo la lengua: otras costumbres sociales y de tipo ideal nos permiten usar el término cultura asturiana para estudiar hechos culturales y sociales que se encuentran en Asturias. También podríamos hablar de la cultura de las brañas, por ejemplo. La rentabilidad científica justificaría el uso de estas etiquetas», afirma.
Publicada por CH Editorial, ‘La cultura asturiana’ es una obra hecha bajo la perspectiva del cambio social. Es, de esta manera, un estudio crítico de cómo la cultura asturiana es una realidad viva que va cambiando «iguándose asina, al empiezu del sieglu XXI, una nueva realidad cultural».
Roberto González-Quevedo es doctor en Antropología por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Actualmente es catedrático de Bachillerato y profesor de Llingua Asturiana en la Universidad de Oviedo. Miembro de la Academia de la Llingua Asturiana, es autor de muchos libros y estudios, entre los que destacan, referidos a la investigación antropológica, las obras ‘Roles sexuales y cambiu social’ (1991), ‘Antropoloxía Llingüística’ (1994), ‘Economía y cultura’ (1997), ‘Antropología social y cultural de Asturias’ (2002) y ‘Aspeutos de la muerte n’Asturies’ (2002). Algunos de los trabajos citados están refundidos en esta obra nueva, una aportación imprescindible para quien quiera conocer, más fondo, la cultura asturiana.